El huracán Melissa azotó durante horas este miércoles la porción oriental de Cuba, desde Las Tunas hasta Guantánamo, tras penetrar por la costa sur de Santiago de Cuba, cerca de Chivirico. Cubanos desde las zonas afectadas contaron a Martí Noticias como vivieron el paso del ciclón.
Desde Palma Soriano, en Santiago de Cuba, el pastor Alex Pérez Núñez dijo que "ha habido bastante daño" en la zona, cables del tendido eléctrico en la calle y casas que han perdido toda la cubierta, entre otras afectaciones.
"El río de aquí de Palma ha subido tremendo. Ha subido casi 20 metros hacia arriba. Las personas están esperando, que todavía hay racha de viento bien fuertes, con lluvias esporádicas, pero el viento sí continúa fuerte, fuerte, fuerte y estamos esperando que termine de pasar para las personas ponerse a recuperar las tejas, que todavía están regadas en la calle (...) ¡Dios nos ayude!", dijo el pastor.
Melissa mantenía vientos sostenidos de 165 km/h a las 8:00 de la mañana de este miércoles, según el Centro Nacional de Huracanes.
En Manzanillo, provincia Granma, aún se sentían los embates del ciclón.
"Ahora mismo hay una ventolera horrible. No sé si se lo siente ahí por el teléfono, pero es una ventolera horrible. Las nubes se ven como se están moviendo. Tumbó matas aquí. A una señora le tumbó la pared de la casa, le mojó todas las pertenencias. Todo está feo, feo", dijo a Radio Martí la activista Keila Proenza, desde el reparto Horacio Rodríguez de esa localidad.
Desde su entrada al territorio cubano, Melissa ha provocado condiciones meteorológicas severas en varias provincias, incluyendo Santiago de Cuba, Granma, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Camagüey, todas bajo advertencia de huracán. Se reportaban lluvias torrenciales, ráfagas violentas y marejadas ciclónicas de hasta 3,5 metros.
"Esto ha sido lo peor que ha pasado por aquí. ¡Horrible! Parecía que el techo se lo iba a llevar, nos iba a levantar con todo el aire. A las 3 de la mañana empezó a sentirse fuerte (...). A esa hora estaba recio, recio, recio que silbaba el techo. Ahora, mucho aire y llovizna, y el cielo bien nublado, que ya le digo que se ven las nubes moviéndose", describió Proenza.
La manzanillera señaló que durante el impacto del huracán perdieron la conexión a internet. "Ahora mismo fue que pude conectarme, porque la conexión está pésima. También tiene que estar uno con VPN, y a veces ni así, porque cuando empezó todo fuertísimo, a las 3, se cayó la conexión completa. Ya no pude conectarme más. Ahora, electricidad, a saber cuándo tendremos. Yo estoy con la última carga del teléfono, ya comido".
A partir de ahora será difícil encontrar provisiones, advirtió Proenza. "La gente está tratando de recuperar lo que perdió".
Según reportó la defensa Civil, Santiago de Cuba ha sido la provincia más golpeada, con ráfagas superiores a los 180 km/h y daños significativos en barrios como José Martí, Versalles y Altamira.
Desde allí, el activista Yasser Sosa, que lidera el proyecto independiente "Una mano amiga", describió la dimensión del desastre tras el paso de Melissa. "Las pérdidas, inmensas. Aquello fue desesperante, tenso", afirmó en un audio enviado a Martí Noticias.
"Las personas gritaban: ¡auxilio, sáquennos de aquí! Estaban desesperados porque hubo personas que se quedaron en sus casas. Hubo desprendimientos de tierra, inundaciones, techos que volaron, casas que se fueron abajo completamente (...). Ha sido triste, muy triste y desesperante esta situación. Este ha sido el más fuerte, desastroso", detalló el activista santiaguero.
En Holguín, el huracán continúa causando estragos mientras se dirigía hacia el norte, con pronósticos de ráfagas de más de 120 km/h y olas de hasta seis metros cuando el sistema salga al mar.
En San Andrés, un pueblo rural ubicado a unos 19 kilómetros de la capital provincial, llovía intensamente desde la madrugada de este miércoles, dijo Dámaso Fernández. "A partir de las 4 y 35 de la madrugada, pues arreció el viento y todavía estamos bajo los embates del huracán Melissa. No hemos podido salir a ver nada, porque el viento me lleva".
Las lluvias han sido persistentes en toda la región oriental, con acumulados de entre 150 y 300 mm, y hasta 600 mm en zonas montañosas, lo que ha elevado el riesgo de inundaciones catastróficas y deslizamientos de tierra. Algunas comunidades permanecían incomunicadas por el desbordamiento de ríos.
Pobladores de Cueto dijeron que desde el huracán Flora, que azotó el oriente cubano en 1963 con vientos de más de 190 Km/h, no se veía nada parecido. Imágenes de videos compartidos con Martí Noticias mostraban la localidad holguinera con las calles inundadas tras las fuertes lluvias asociadas a Melissa.
Foro